Protagonizó el debate que marcó el nacimiento del Werkbund y se convenció de la absoluta necesidad de establecer una relación sistemática entre arquitectura, arte e industria. La invitación para colaborar con la Allgemeine Elektrizitäts-Gesellschaft (AEG) de Emil Rathenau en 1907 le brindó la posibilidad de poner en práctica sus ideas.
El encargo que recibe es de una extraordinaria modernidad: de hecho, gracias a su función de asesor artístico, Behrens es libre de actuar en todos los ámbitos de la empresa, del diseño de producos al de catálogos, de la publicidad a la arquitectura. Esto le permite no solo aplicar criterios de moderna estandarización a los muchos productos de AEG, sino también abordar una verdadera normalización de la imagen general de la empresa y , en la práctica, coordinar toda su comunicación.
Lámparas, relojes, hervidores, carteles, instalaciones industriales: la obra de Behrens reescribe la identidad misma de AEG, a la vez que prefigura el nuevo papel del diseñador moderno.
Un enfoque que marcará de forma indeleble a los muchos jóvenes colaboradores que pasan por el estudio berlinés de Behrens: Le corbusier, Mies van der Rohe y, sobre todo, Walter Gropius, quien a partir de la formación de los modernos profesionales del proyecto desarrollará el plan de estudios de la Bauhaus.
JÓVENES COLABORADORES:
Walter Gropius
Le corbusier
Mies van der Rohe
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